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Pueblo: San Esteban de Gormaz
Provincia: Soria

 

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Reseña histórica:

Los restos arqueológicos, especialmente cerámicos, evidencian una continuidad en el poblamiento de la zona desde el siglo I a.C. hasta el siglo XVI. Se han hallado fragmentos arévacos, romanos (como terra sigillata) y piezas posteriores como las de Talavera. La abundancia de elementos romanos —inscripciones funerarias, honorarias y votivas, miliarios, relieves, restos arquitectónicos y una posible villa rural— indican la existencia de un asentamiento hispanorromano de cierta importancia en la ladera del Castillo, entre el Rivero y la Plaza Mayor.

Pero el cambio radical vendría del sur. Al ser invadida la península Ibérica por los musulmanes, 711, se apreció la debilidad del estado visigodo, que desapareció estrepitosamente. La oposición entre dos culturas iba a mantenerse largo tiempo, convirtiendo amplias zonas en territorios prácticamente deshabitados.  De tal forma variaría la población que su nombre, su primer nombre histórico, es Castromoros, es decir, una fortaleza militar musulmana, en la que convivirían también elementos no islámicos. A partir del 883, cuando Alfonso III conquista y probablemente refortifica este lugar, la frontera entre estas dos culturas va a asentarse en el Duero durante dos siglos. La repoblación de San Esteban en 912 por Gonzalo Fernández, al tiempo que otras plazas fronterizas en el Duero, aunque es básicamente militar, supone un duro golpe al emirato cordobés, porque núcleos tan importantes como Medinaceli, Atienza e, incluso, Toledo, quedan amenazados ante el empuje de la zona norteña, que durante los siglos precedentes ha estado creciendo económica y demográficamente, posibilitando así la expansión territorial.

            La etapa fronteriza se va a caracterizar por continuas ofensivas musulmanas que, partiendo de Medinaceli, se abrirán paso por el valle del Duero hasta objetivos prefijados. Acabada la campaña victoriosamente las tropas regresarán a sus puntos de partida con cuantioso botín -joyas, víveres, ganado- y prisioneros, dejando tras sí talados los campos. Así sucederá en San Esteban tras las razzias de 920, 934, 940, 941, 963, 964, 975, 979, 989-990, 994, entre otras. En contadas ocasiones retendrán en su poder la fortaleza (934-938, 994-1011 y 1029-1054). Cuando son los castellanos los vencedores -en 917, 919, 938, 955, 978; y a alguna de estas fechas deberemos unir el legendario episodio del Vado del Cascajar, que ha dado lugar a tantas obras literarias-, los daños ocasionados son paliados por la captura de botín y prisioneros musulmanes.

Esta obstinación castellana por las fronteras naturales obligó a los árabes a reconstruir, aguas arriba del Duero, la imponente fortaleza califal de Gormaz en 965, cuya figura, visible en día claro desde San Esteban, nada agradable recordaría.

            La desintegración del califato Omeya, 1009, en guerras intestinas, será aprovechada por el Conde Sancho para que le sean devueltas numerosas plazas en el Duero. La posesión del territorio y las fortalezas sanestebeñas por parte de los musulmanes debe finalizar en 1011.  Gormaz volverá a perderse en 1029 para ser recuperado definitivamente en 1054, aunque no por el Cid, como se ha escrito tantas veces, que entonces era un niño. Desde este momento la expansión castellana hasta el Tajo va a ser fulminante, iniciándose una repoblación intensa en el valle del Duero.

           A partir de 1054 San Esteban vive una repoblación sistemática. Emigrantes norteños se establecen en ella y reciben tierras para cultivar, conviviendo con personas de otras religiones y razas. La ciudad de San Esteban, y así la llamamos porque nos consta documentalmente el título, recibiría con toda seguridad un fuero real para regular su repoblación, aprovechamiento y organización -ya en 1068 funciona como Concejo-. A nivel interno es la asamblea concejil, con participación de todos los vecinos varones, quien elige los cargos necesarios para el buen funcionamiento de la comunidad -juez, alcaldes, jurados, escribanos, fieles…-.                      

            Con el mismo fuero se rige su alfoz, es decir, el conjunto de lugares y aldeas dependientes de San Esteban -por ejemplo, Morcuera-, y también otros concejos independientes, pero subordinados de hecho, como Alcozar, en lo que se denomina Comunidad de Villa y Tierra de San Esteban. Los terrenos comunales de todo el alfoz pueden ser utilizados por todos los vecinos. Su aportación a la economía de la zona será básica durante mucho tiempo, especialmente para la ganadería. Este uso colectivo de los bienes comunales se extiende, además, a los alfoces de Osma y Gormaz que, junto al de San Esteban, constituyen las Tres Casas de La Olmeda, formando una sola comunidad en cuestiones de pasto y madera, gracias a un privilegio de Fernán González, confirmado por sus sucesores.

            En el aspecto artístico, al tiempo que el Cid va camino del destierro, 1081, se construye en San Esteban una joya románica inigualable en su primitivismo y belleza, San Miguel, iniciando la serie de iglesias con galería porticada, que se extendería por la zona. Poco después se edifica Santa María del Rivero, más suntuosa y esbelta. También de fines de este siglo es la iglesia del monasterio benito de San Esteban, sin galería, pero de notable factura. Otros dos monasterios existen en este tiempo, Santa María, de monjas, y San Martín, de monjes, ambos de la orden benedictina.  A nivel social, además de las diferencias de status -nobleza, clero, pueblo-, la religión y raza van a marcar, conforme avanza el tiempo, grupos en la población de San Esteban. Las importantes minorías de hebreos y mudéjares mantienen, dada la tolerancia castellana, sus modos de vida y prácticas religiosas. La mayor parte de la población es cristiana, organizada en dos parroquias, San Miguel y Santa María del Rivero. En este periodo se construirá la iglesia de Santa Olalla, de estilo gótico, la más grande de la población, posiblemente a expensas de un grupo de caballeros sanestebeños. En cambio, los monasterios benitos de la localidad, San Esteban, Santa María y San Martín, prácticamente vacíos, pasan a depender en 1154 del obispo de Osma, donados por Sancho III. El primero se convertirá en parroquia, mientras los otros dos, situados al otro lado del río, serán ocupados por canónigas y canónigos de San Agustín a fines del siglo XII. En 1219 las agustinas se convertirán en dominicas, siguiendo a Domingo de Guzmán, siendo en 1270 trasladadas a Caleruega.

            La producción, tanto agrícola como ganadera, será para el propio consumo, existiendo intercambios con zonas muy cercanas. Fechas importantes serían las ferias, que muestran, además, la importancia de esta población. Durante las celebradas en 1293, del 15 al 26 de noviembre, los datos de recaudación de la sisa -impuesto que gravaba la venta de cualquier producto- elevan a 600.000 maravedís el total de lo vendido, cifra más que respetable en su tiempo. Además, San Esteban goza de un día semanal de mercado, con las franquicias y libertades usuales en estos casos.

            El sistema de Concejo abierto y participativo se mantiene durante estos siglos, con las ventajas que de ello se deriva para toda la comunidad.

            En el aspecto político, si los juglares amenizan los días festivos con cantares como el de Mío Cid -no vamos a entrar en polémica sobre este tema-, los sanestebeños vivirán jornadas más importantes por estas fechas. Así, en 1187 se celebrarán aquí las primeras Cortes de Castilla y del occidente europeo.

En mayo de 1187 se celebró en San Esteban, con Alfonso VIII, una reunión de la Curia Regia. Según todos los indicios participaron en ella, por primera vez en la historia del occidente europeo, representantes de los Concejos castellanos.

Por ello, la Curia Regia, a la que hasta entonces solamente acudían los nobles más importantes y los altos dignatarios eclesiásticos, se convertía así en Cortes, las primeras Cortes, al sumarse a ella representantes de ciudades y villas.

 A las Cortes acudió un enviado de Federico I, emperador de Alemania, para tratar el matrimonio entre su hijo, Conrado de Hohenstaufen, y Berenguela, hija mayor de Alfonso VIII, elaborándose un precontrato matrimonial. Las negociaciones culminaron con éxito, ya que una embajada castellana fue a Alemania y allí se promulgaría el Tratado de Seligenstadt, el 23 de abril de 1188.

En él se establecen las condiciones en que se celebraría el matrimonio, acordándose, además, que Berenguela y Conrado serían los sucesores en el trono castellano, si Alfonso fallece sin descendencia masculina. Entonces Berenguela tiene 8 años y es la heredera, ya que no tiene hermanos varones. La trascendencia del hecho, un posible rey extranjero en Castilla, impulsaría a Alfonso VIII a convocar también a representantes de las ciudades de su reino, junto a los habituales nobles y prelados.

Poco después, en el mismo 1188, se celebra una reunión en Carrión, donde se ratifica el contrato y Conrado es armado caballero, al igual que Alfonso IX de León, por Alfonso VIII de Castilla.

Después Conrado regresaría a su país y ya no recordaría su compromiso matrimonial con Berenguela, entre otras razones porque la situación internacional, que había condicionado el contrato por parte alemana, varió notablemente.

Aunque la frontera está lejana, la milicia concejil de San Esteban participará en la batalla de las Navas de Tolosa, 1212, donde el peligro almohade es por fin desbaratado, reiniciándose la expansión hasta mitad de siglo. También en ésta participarán sanestebeños, por ejemplo en la toma de Baeza, en 1227.

           

En el siglo XV, el elemento característico de este periodo es la concesión del señorío de San Esteban, después elevado a condado, a Álvaro de Luna. Hasta entonces la villa había sido cedida de forma temporal, retornando siempre al monarca. Cuando Juan II en 1420 concede a Álvaro de Luna el señorío, y tres años después le nombra conde de San Esteban, esta población asiste a un cambio radical: la cesión de competencias por parte del rey al señor, que se hace para siempre al instituir como mayorazgo el condado en 1438. El conde obtiene así toda una serie de rentas de carácter solariego, como la martiniega, y otras de carácter jurisdiccional, entre ellas las tasas judiciales. A estas rentas propias del señorío hay que añadir los ingresos fiscales de la villa que el rey le cede en 1433. Además pertenecen al señor las atribuciones de gobierno, judiciales, militares, administrativas… Los sanestebeños pasan a depender totalmente de su señor.

El condado caerá pronto en la órbita de la casa Pacheco, de los marqueses de Villena, y bajo sus pendones lucharán y entrarán en Granada, en 1492, soldados de San Esteban.

La economía sigue basada en una agricultura y ganadería de autoconsumo. Se mantienen los mismos cultivos y tecnología hasta mediados del XVIII en que las tesis ilustradas llegan al campo. Entonces se mejoran, lentamente, técnicas de cultivo y se introducen nuevos productos. La agricultura va a crecer, roturándose nuevas tierras, a costa de la ganadería lanar, aunque en 1783 aún existen, en toda la comarca de San Esteban, 32.965 cabezas de este ganado, estante en su totalidad. El descenso del ovino va a ser compensado con una mayor diversificación -cerdos, cabras, caballos, mulas…-, alcanzándose una alimentación más variada y, también, mayor rapidez en el trabajo agrícola. Pero costará mucho vencer costumbres añejas, tanto en agricultura como en ganadería.

En cuanto a las comunicaciones, el puente romano, ya reformado en la Edad Media, sufrirá dos nuevas restauraciones, en 1526 y 1717. En ésta última se construyó un fuerte torreón, con cuatro puertas que daban acceso al campo donde se celebraban las ferias. Posiblemente sustituiría a otro anterior y en él se cobrasen los derechos de pontazgo. La red de caminos se veía muy afectada por las inclemencias climáticas.

En 1629 se construye el Ayuntamiento de la villa, a costa de muchos sacrificios, dada la época crítica que atravesaba en estos momentos. La Plaza Mayor, lugar donde está ubicado, ha conservado hasta fechas recientes una estructura homogénea.

Ya en el siglo XV se documenta la primera escuela en San Esteban. El obispo de Osma ordena en 1444 que, para seguir funcionando y que el maestro cobre, debe contar con veinte alumnos como mínimo. Posiblemente en ella estudiase García de Santisteban, uno de los más ilustres hijos de la villa. Más tarde fue copista en la Catedral de El Burgo de Osma. Entre sus numerosas obras destaca, por suntuoso, el Breviario en dos tomos -1455- y el Fortalitium Fidei, de 1464, códice que recoge la leyenda del Vado del Cascajar y muestra un dibujo de San Esteban convertida en campo de batalla entre musulmanes y castellanos.

También en el siglo XV existe en la villa la Casa Hospital de San Lázaro, ya que en 1459 unos vecinos de Atauta donan a ella sus bienes. Es de patronato real, gestionada por el Concejo, y se mantiene de sus rentas y heredades. En ella no sólo se acogía a los enfermos, sino también a los pobres y peregrinos.

A mediados del siglo XVI se hace el coro del Rivero (Se trajo de la Catedral de El Burgo de Osma. Fue elaborado entre 1539 y 1563, en tiempos del obispo Pedro Álvarez de Acosta y trasladado al Rivero en el Episcopado de Francisco Tello de Sandoval (1567-1578)), y por las mismas fechas se incorpora, en la galería, el arco sepulcral de Vidas Pascual. En 1626 se fabrica el actual retablo y en el siglo XVIII se efectúan nuevamente modificaciones en su fábrica.

La iglesia del convento franciscano data de fines del XVI, gótico tardío y muy sencillo, con elementos renacentistas. En 1628 se acaba su retablo. Los condes de San Esteban contribuyeron en las obras, de ahí que figuren sus escudos.

Del mismo siglo XVII es el retablo de la iglesia de San Miguel.

 Las cuatro parroquias existentes en San Esteban quedan reducidas a tres, porque la de Santa Olalla es suprimida en tiempos de Carlos III. A la falta de feligreses se unía su estado ruinoso, que acabaría con ella en el siglo siguiente. Según Argaiz, ya se había desmoronado en gran parte hacia 1580.

Durante el siglo XIX, San Esteban de Gormaz vivió los efectos de la Guerra de la Independencia, sufriendo ocupaciones militares y daños, como en su castillo (1808). En 1812-13, acogió a la Junta Provincial de Burgos. Tras la reorganización provincial de 1833-34, pasó a depender judicialmente de El Burgo de Osma. El sistema político censitario favoreció el control del Ayuntamiento por las élites locales, situación que cambió con la democracia.

 

En 1966 y 1972 se incorporaron municipios vecinos por motivos administrativos. En educación, el pueblo pasó de tener dos pequeñas escuelas a inaugurar nuevas instalaciones en 1927 y posteriormente un instituto y otro colegio, mostrando siempre gran interés por la enseñanza.

 

En el ámbito religioso, el convento franciscano fue suprimido en 1835 y convertido en parador. Se cerraron las parroquias de San Miguel y El Rivero en 1896, quedando solo la de San Esteban, que fue vendida y desmontada en 1922. El Rivero fue restaurado en 1934 y San Miguel en 1980-81, tras décadas de abandono.

 

Principales recursos patrimoniales:

Adentrarse en la localidad soriana de San Esteban de Gormaz es rememorar el pasado glorioso de Castilla. El recuerdo de aquellas batallas  que marcaron para siempre el devenir histórico de un territorio de frontera, allá por los siglos X y XI, donde cristianos y musulmanes peleaban sin descanso por adueñarse de sus fortalezas y atalayas (se puede visitar una en Quintanilla de Tres Barrios), la nostalgia de aquellos tiempos en los que “Castro Moro” era uno de las bastiones más importantes de la Reconquista,  la valentía de aquellos repobladores que afianzaron el territorio y que trajeron un arte y una arquitectura medieval que, aún hoy, nos envuelve con su sobriedad y belleza.

Y es que es la historia la que hace a los monumentos de una población y no al revés. Es herencia de esta etapa histórica el trazado urbanístico y militar de la localidad, sus angostos callejones, su torre cristiana, su cubo musulmán, los restos de muralla de tapial y las ruinas de lo que otro hora fueron dos de las fortalezas más disputadas de la Reconquista: el castillo cristiano y Castro Moro, el musulmán.  Y de esto mucho sabía D. Rodrigo Díaz de Vivar, que hablaba así de nuestra tierra “los de San Esteban, siempre mesurados son”, o a sus hijas, Doña Elvira y Doña Sol, que fueron traídas aquí tras ser ultrajadas por los infantes de Carrión. Pero hay dos elementos arquitectónicos que destacan sobre todo aquello que se puede ver en San Esteban: dos de los templos románicos más importantes de la Comunidad, Santa María del Rivero, s XII, por su espectacularidad (que se lo digan a Vivas Pascual, el de la batalla del Vado de Cascajar) y, como, no, San Miguel, siempre San Miguel. Es este pequeño templo es, sin duda, el elemento más importante del patrimonio sanestebeño. Románico Rural de una sola nave, fue el primer templo con galería porticada que construyeron los repobladores cristianos tras la Reconquista en toda Castilla. Así lo atestigua el canecillo del monje que sostiene un libro en el que se lee “Me hizo el Maestro Juliano en la era de 1119”, es decir, el año 1081. Es pues, la “madre” de todas las iglesias porticadas sorianas, segovianas y guadalajareñas. Es en este tipo de pórticos donde tendrán lugar las reuniones de los Concejos de las Comunidades de Villa y Tierra. Alfonso VIII celebrará las primeras cortes de Castilla en San Esteban en el año 1187. Y no es casualidad, el “Niño Rey”, gran cariño tenía a nuestra provincia por ser el lugar donde se refugió de su malvado tío y pudo así convertirse en uno de los mejores reyes de Castilla. Contemplar esta joya arquitectónica supone un deleite para la vista. Examinar sus canecillos influenciados con el arte hispanomusulmán (como en el Rivero) con escenas de batallas, animales exóticos y personajes vestidos a la usanza árabe o encontrar el tablero del juego medieval alquerque o comprobar que, en su interior, no va a dejar de sorprendernos. En su encalado original, hoy perfectamente visible, se han encontrado recientemente grafitos de todos los tamaños y formas que han desvelado un secreto oculto durante siglos.

Fue D. Álvaro de Luna el primer conde de San Esteban de Gormaz, el cual pasaría al linaje de los Marqueses de Villena con D. Diego II López Pacheco en el siglo XVI (responsables de la mayoría de la heráldica encontrada en los edificios sanestebeños), al linaje Portocarrero en el s XIX y, por último, a finales de ese mismo siglo, a la Casa de Alba.  Visita también la iglesia del antiguo Convento de San Francisco, hoy iglesia Parroquial de San Esteban Protomártir. Adéntrate a San Esteban por la Puerta de la Villa, pasea entonces por sus calles nobles, contempla la heráldica de sus casas nobles y las inscripciones romanas que se encuentran en los muros de la Calle Mayor.

Recorre después el barrio más concurrido de San Esteban. Son 300 las bodegas tradicionales que horadan el cerro de las ruinas del Castillo lo que ha permitido crear una cultura en torno al mundo de la uva y del vino. Bodegas pequeñas, excavadas manualmente en la roca y el Lagar de San Miguel se enmarcan en lo más alto de la localidad permitiendo tener una panorámica espectacular de este tipo de arquitectura subterránea tan ligada a la tradición local. Aquí comienza la D.O. Ribera del Duero, viñedos familiares y bodegas de gran renombre se extienden a lo largo de las 18 pedanías que forman el Municipio, destacando las 141 bodegas  del Conjunto Enológico “El Plantío” en Atauta.   

1) Iglesia Parroquial de San Esteban Protomártir: La antigua iglesia anexionada al Convento Franciscano es ahora parroquia para los sanestebeños. La desamortización de Mendizábal de 1832 hizo cambiar la titularidad del templo a manos privadas hasta que, en 1849, el Ayuntamiento solicitó su cesión al propietario. Fue entonces adquirida por el obispado de Osma-Soria, y, tras su restauración se inaugura el 7 de junio de 1900. Pero no es hasta 1986 cuando todavía la iglesia de San Francisco se convierte en parroquial y cambia su advocación a la de San Esteban Protomártir. Las piedras de su campanario proceden de la desaparecida en 1922, antigua parroquia de la localidad, ubicada en la Plaza de San Esteban. En su interior, unos frescos franciscanos del siglo XVI, presbiterio y capilla sepulcral góticos, la imagen del Cristo de la Buena Dicha y la talla románia de la Virgen del Castillo. Más info.

2) Cubo: las confrontaciones entre cristianos y musulmanes durante la Reconquista han dejado en San Esteban restos de elementos constructivos de las dos culturas. Este cubo circular de origen musulman y construido en tapial, junto a otro ahora desaparecido de similares aracterísticas servían de sujeción a la Puerta de San Gregorio, una de las que tuvo el recinto amurallado de tapial. La defensa de esta puerta se realizaba desde un matacán o barandilla elevada de pequeño tamaño.

3) Torreón: un 30% más alto que el cubo, este torreón se restauró durante la Edad Media sobre restos anteriores de otro cubo. Está realizado en sillería, labrado y trabajado con piedras irregulares colocadas a tizón.

4) Puente de los 16 ojos: Dirigiéndote hacia el río Duero se puede contemplar el puente de los 16 ojos. Era este puente el que conectaba a cristianos y musulmanes pesto que el Duero era la frontera natural durante la Reconquista. Aquí se encuentra un mural dedicado al autor del Cantar del Mío Cid, agradeciendo su «Ixiendos va de tierra el Campeador leal; de siniestro Sant Estevan, un buena çiudad». Más información.

5) Puentecillo Medieval: una arcada posee este puente que permite cruzar el canal que lleva aguas del Duero hasta la fábrica de harinas.

6) Arco de la Villa: Dando acceso al interior del recinto amurallado encontramos la Puerta de Castilla, coronada por el escudo de armas de don Diego II López Pacheco, Marqués de Villena y V Conde de San Esteban de Gormaz (1501-1529). La caldera es el emblema de la familia Pacheco, elemento muy frecuente en la heráldica de las casas sanestebeñas. El I Conde de San Esteban de Gormaz fue Don Álvaro de Luna, valido de Juan II, pasando el condado por unión matrimonialmente a la familia Pacheco. Actualmente, est título lo ostenta la Casa de Alba. Más información.

 7) Plaza Mayor: Es cuadrada y la integran un conjunto de edificaciones porticadas. Justo enfrente, la Casa Consistorial. En 1621 ya se ha cosntruido el Ayuntamiento para alcaldes y regidores (tal como lo atestigua la lápida encontrada en una e sus apredes a principios del siglo XX). En 1996 se construye sobre el original otro de estilo más acorde con la época que fue, según dicen, pasto e las llamas, restaurándose a imitación del originario del s XVII en 1994, devolviéndole a la plaza el esplendor perdido, y también su reloj. Los soportales, con pilares de olmo, tenían como objetivo prinicpal, resguardar de las inclemencias del tiempo a habitantes y mercaderes puesto que en este lugar, hasta 1922, se ubicaba el mercado del pueblo. Más información.

8) Calle Mayor y casas blasonadas: Este rico patrimonio del corazón de la localidad le ha valido la declaración de Bien de Interés Cultural como Conjunto Histórico Artístico y permite dotas a la villa de una imagen típica de pueblo castellano, donde la mezcla cristiana y musulmana ha trazado el urbanismo local, orgnizándose en torno a un recinto amurllado atravesado por su calle principal, una calle Mayor larga y estrecha en la que desembocan callejuelas, patios y callejones. Las edificaciones de San Esteban utilizan los materiales de la zona en función de la riqueza del propietario: adobe, madera o piedra. Son las casas de piedra con sus escudos nobiliarios las que más llaman la atención. Como ejemplos importantes, la Casa de Cristóbal de Bermeo, mayordomo del Marqués de Villena, y la antigua Casa Cuartel que destaca por la presencia de lápidas romanas en 3 dinteles de la fachada. Más inscripciones romanas, votivas y honorarias, se pueden observar ascendiendo por la Calle Mayor. Más información.

9) Iglesia de Santa María del Rivero: Desde lo alto del «Rivero» se ubica este magnífico ejemplo de románico porticado soriano declarado BIC en 1996. Alberga en su inetrior a la adorada Virgen del Rivero, patrona de la localidad, un impresionante coro tallado en madera de pino, y pinturas góticas tanto en la cabecera como en el arcosolio. Además, en su pórtico existe un arco sepulcral del s XVI de estilo plateresco, donde, el enterramiento de «Vivas Pascual» nos hace remontarnos a la antiquísima leyenda del Vado de Cascajar. Desde el mirador, se observa todo el perímetro histórico de San Esteban. Más información.

10) Iglesia de San Miguel: Monumento Nacional desde 1976, y no espara menos pues este pequeño templo románico se enorgullece de ser el primero de toda la historia con galería porticada, tal y como lo atestigua el «canecillo del monje» en el que lee «Me hizo el maestro Juliano en la era de 1119» es decir, 1081. Esta clara antigüedad se aprecia no sólo en la desproporción de los cánones del románico sino en la decoración de sus capiteles, donde musulmanes , pavos reales y castillos con arco de herradura son los principales protagonistas. Más información.

11) Castillo: fue levantado por los musulmanes en el siglo X para defenderse de los ataques cristianos. De estilo islámico, de form alargada y estrecha, fue reformado por los cristianos tras la conquista definitiva allá por el siglo XI. Entre sus restos se pueden contemplar un aljibe y el Pozo Lairón, excavado en roca y del que cuenta la leyenda que fue utilizado para acceder al río en casos de asedio a la fortaleza. Justo enfrente, Castro Moro, o el «Castillo Viejo», el primer castillo que hubo en San Esteban y que estaba unido por murallas de tapial al «Castillo Nuevo». Más información.

12) Muralla Musulmana: algunos restos se pueden contemplar todavía. Se identifica por estar fabricada en tapial, siendo característico de este estilo constructivo las «agujas» de madera en la parte superior del muro. Más información.

13) Bodegas tradicionales: unas 300 bodegas tradicionales horadan el cerro donde está ubicado el Castillo así como las partes más elevadas de la Villa. Estas bodegas, pequeñas y familiares, son, además del lugar donde se elaboran apreciados vinos, lugar de reunión para los sanestebeños.

 

 

Naturaleza:

El río Duero es el vertebrador natural del paisaje sanestebeño. Su bosque de ribera forma una senda natural a través de la cual el viajero puede recorrer tradicionales caminos como La Ruta de la lana, La Senda del Duero o el Camino del Cid o simplemente dar un paseo los cálidos días de verano o contemplar la variación cromática del otoño. Coronan los montes calizos bosques de encinas y centenarios sabinares, los máximos exponentes de la vegetación mediterránea continental. Son estas tierras calizas las que albergan el acuífero que da de beber a los habitantes de esta zona: el manantial de los Ojos, cuya surgencia  en forma de “ojos” brotando de la tierra puede contemplarse en las inmediaciones de la localidad.

 

Gastronomía:

Recorre después el barrio más concurrido de San Esteban. Son 300 las bodegas tradicionales que horadan el cerro de las ruinas del Castillo lo que ha permitido crear una cultura en torno al mundo de la uva y del vino. Bodegas pequeñas, excavadas manualmente en la roca y el Lagar de San Miguel se enmarcan en lo más alto de la localidad permitiendo tener una panorámica espectacular de este tipo de arquitectura subterránea tan ligada a la tradición local. Aquí comienza la D.O. Ribera del Duero, viñedos familiares y bodegas de gran renombre se extienden a lo largo de las 18 pedanías que forman el Municipio, destacando las 141 bodegas  del Conjunto Enológico “El Plantío” en Atauta.  Y qué mejor acompañamiento para nuestros vinos que un Torrezno de Soria o una tapa de Cordero Ojalado, raza autóctona y con Indicación Geográfica Protegida.

 

Fiestas y tradiciones:

 

Semana Santa

La Semana Santa es organizada por La Cofradía de la Veracruz (una de las más antiguas de Castilla y León, datada de 1556). Como muestra de este hecho, tiene en su poder un libro de ordenanzas de dicha fecha haciendo referencia a la Cofradía de los Disciplinantes de las Cinco Llagas y Vera Cruz de Nuestro Señor Jesucristo en San Esteban de Gormaz. Y es, por tanto, la referencia documental más antigua que Soria posee de una cofradía penitencial.  En aquella época, proliferaban las cofradías de disciplinantes, asociaciones de laicos que buscaban la penitencia pública y la imitación del sufrimiento de Cristo, a través de prácticas como la autoflagelación durante las procesiones. De ahí su nombre: “disciplinantes”, por el uso de la “disciplina” (una especie de látigo corto).

Nuestra cofradía también es conocida por imponer al obispo de Osma la procesión del Viernes Santo en 1624. Esto denota que la cofradía tenía un peso social y religioso muy fuerte en la comunidad, lo suficiente como para negociar (o incluso exigir) decisiones litúrgicas a autoridades eclesiásticas.

 

Fiestas Patronales (Salve Popular):

Si hubiera que destacar un solo acto entre todos los eventos de las fiestas patronales, sin duda sería la Salve Popular en honor a la Virgen del Rivero, celebrada cada 7 de septiembre. Este acto, profundamente arraigado en la tradición local, posee un gran valor cultural y un creciente atractivo turístico. Miles de personas, vecinos y visitantes, se congregan en el interior y los alrededores de la iglesia para cantar juntos la Salve a su Virgen. Aunque tiene un origen religioso, este momento trasciende lo litúrgico y se convierte en una manifestación colectiva de emoción y devoción.

Desde varias horas antes, comienza un peregrinaje espontáneo hacia la iglesia. Los mayores suben temprano para asegurarse un lugar dentro del templo; otros lo hacen en familia, o acompañados por sus peñas que bailan al ritmo de las bandas de música. Algunos prefieren la subida en soledad. Poco a poco, la iglesia y sus inmediaciones se llenan: escalinatas, calles y rincones se ven colmados de fieles y curiosos. Es uno de los pocos días del año en que el templo recupera su papel central como espacio de culto para toda la comunidad.

El acto comienza oficialmente tras la ofrenda floral realizada por la reina y las damas de las fiestas. En ese momento, la Salve resuena con fuerza y emoción. Voces jóvenes, maduras y ancianas se funden en un solo canto. No importan los desafines ni las voces roncas: lo que se escucha es un sentimiento colectivo que se repite cada año con más intensidad. Para que nadie se quede sin participar, se colocan altavoces en el exterior del templo, permitiendo que todos puedan unirse al canto, estén donde estén.

Finalizada la Salve, da comienzo la bajada, esta vez de forma organizada. Abre la comitiva la Banda de la Almunia, seguida por las charangas locales, como la del Destrozo. Detrás desfilan las peñas, y cerrando el cortejo, la Corporación Municipal y demás autoridades. Aunque el recorrido no supera los 500 metros, suele prolongarse más de hora y media. Las peñas, fieles a su tradición, tratan cada año de superar el récord de lentitud, situándose delante de la banda para obligarla a detenerse repetidamente.

 

La Concordia

Además, el 1 de mayo, es para San Esteban de Gormaz y  paralas localidades integrantes de la asociación religiosa de la Concordia del Santísimo Cristo de la Buena Dicha y de la Virgen del Rivero, el día en el que se reúnen en esta villa con sus estandartes y cruces para dar las gracias por los beneficios recibidos durante el año y pedirles que continúen dispensándolos en el siguiente.

Se celebra, desde, al menos 1723, concretamente el 24 de noviembre (primera fecha de la que se tiene documentación), en la que se llevan a cabo actos religiosos centrados en la iglesia de Santa María del Rivero y en la parroquia de San Esteban Protomártir, templos guardianes de las imágenes de culto, protectoras del territorio en situaciones extremas, en las que se confía para mediar en la superación de estas vicisitudes

Las poblaciones que componen la Concordia son ahora 32, aunque el número y el nombre de ellas ha variado a lo largo de los siglos. Alcozar,  Alcubilla del Marqués, Aldea de San Esteban, Atauta, Berzosa, Bocigas de Perales, Fuentecambrón, Ines, Langa de Duero, Matanza de Soria, Miño de San Esteban, Morcuera, Navapalos, Olmillos, Pedraja de San Esteban, Peñalba de San Esteban, Piquera de San Esteban, Quintanas Rubias de Abajo, Quintanas Rubias de Arriba,  Quintanilla de Tres Barrios, Rejas de San Esteban, San Esteban de Gormaz, Soto de San Esteban, Torraño, Torremocha de Ayllón, Valdanzo, Valdanzuelo, Velilla de San Esteban, Villálvaro, Zayas de Báscones, Zayas de Torre y Zayuelas son las localidades que en la actualidad constituyen la Concordia.

En origen, y tras una catástrofe, guerra, epidemia, inundación, sequía,, alguna de las localidades de la Concordia solicitaba al Ayuntamiento de San Esteban de Gormaz que se realizara el novenario y se sacara en rogativa a las imágenes del Santo Cristo de la Buena Dicha y de la Virgen del Rivero. Si el consistorio accedía, se hacía el voto para comenzar el proceso organizativo. Las localidades de la Concordia decidían la fecha de inicio y solicitaban al Obispo de Osma el permiso correspondiente. Se debía designar un predicador, el orden de preferencia de las procesiones y las casas de vecinos de San Esteban de Gormaz que habrían de alojar a los asistentes de cada una de las localidades. Una vez tomadas estas decisiones, el Ayuntamiento de San Esteban de Gormaz enviaba invitaciones a todas las localidades pertenecientes a la Concordia (aún lo sigue haciendo) indicando las fechas de inicio y fin de la rogativa y solicitando los pendones e insignias de las parroquias.

El primer día del novenario las delegaciones de la Concordia llegaban con su alcalde y su sacerdote portando el estandarte y la cruz parroquial. Los pueblos iban a la parroquia de San Esteban y las villas a la Iglesia de Santa María del Rivero.  La comitiva que partía de la parroquia de San Esteban cruzaba el puente de piedra hasta las Eras de San Roque. La otra hacía lo propio desde Santa María del Rivero en la misma dirección atravesando los puentes de madera que se erigían para la ocasión. Se producía entonces el encuentro y saludo entre imágenes y procesiones que se unían para tomar dirección hacia la Plaza Mayor, donde se había preparado un altar desde el que se oficiaban las misas solemnes del primer y último día. Tras la misa solemne, y previo al cántico de La Salve, las imágenes eran llevadas a la iglesia parroquial donde los fieles de todas las localidades se turnaban para rezar y velar durante los días siguientes. El día final de la rogativa (el noveno) las gentes de los pueblos de la Concordia volvían a San Esteban de Gormaz para celebrar otra misa en la Plaza Mayor y llevar en procesión a la Virgen del Rivero a su lugar en la iglesia del mismo nombre. De esta forma, y nuevamente con la Salve, terminaba todo.

 

El origen del Día de La Concordia

En 1908, la rogativa y la novena que se desarrollaban del 1 al 9 de junio para solicitar lluvia por intervención divina se vieron interrumpidas por la gran cantidad de precipitaciones que cayeron, provocando, el 6 de junio, que el puente de madera construido para que pasase la Virgen hacia las eras de San Roque se viniera abajo. Dichosos por la llegada de la tan ansiada lluvia los representantes de las localidades de la concordia acordaron desde hoy y para siempre dedicar todos los años un día a dar las gracias a la Virgen Santísima del Rivero y Santísimo Cristo de la Buena Dicha por los beneficios recibidos durante el año y pedirles continúen dispensándolos en el siguiente, guardando al efecto el día dos de mayo de cada año como fiesta votiva en todos sus respectivos pueblos. Se acordó también que asistieran ese día solo dos o tres vecinos de cada localidad. En relación a los actos de culto religiosos, por la mañana se celebraría una misa de Ministros con sermón en una de las dos iglesias que albergaban las imágenes, alternándose cada año (un año después, en 1909, se establecería que la celebración de la misa se haría en la Parroquia de San Esteban los años pares y en Santa María del Rivero los impares). Por la tarde tendría lugar el rezo del Rosario en la iglesia que no había tenido culto por la mañana.  Así es como nació lo que conocemos ahora como el Día de la Concordia (celebración que no exime de la celebración de novenario y rogativas en caso de extrema necesidad. De hecho, la última rogativa celebrada hasta el día de hoy fue la que tuvo lugar el 17 de mayo de 1965).  La decisión de trasladar el día de la celebración del 2 de mayo al día 1 del mismo mes tuvo lugar en 1958,   cuando los representantes de los pueblos que formaban la Concordia expusieron al Alcalde de Esteban de Gormaz la necesidad de anticipar un día la celebración para hacerla coincidir con la de San José Obrero (fiesta de los trabajadores) y también por la inconveniencia para algunos pueblos, que celebraban el día 3 la festividad de la Santa Cruz.

 

 

Principales eventos deportivos y culturales:

 

Carrera de Reyes:

Cada 5 de enero San Esteban celebra su Carrera de Reyes. Se trata de una prueba que va consolidándose año tras año en el calendario de pruebas deportivas de la comunidad, celebrándose desde hace 10 años y albergando más de 450 atletas de todas las edades y niveles, promoviendo el deporte y la convivencia en el municipio.

Motocross

El circuito permanente «Cabeza Perro» es un referente nacional en el mundo del motocross. Motoclub Lairón organiza regularmente pruebas del Campeonato de Castilla y León, incluyendo categorías como MX Élite, MX 125, MX Alevín y MX Féminas.

Piragüismo

En marzo de 2025, la Diputación de Soria aprobó un convenio para la creación de un circuito de aguas bravas en San Esteban de Gormaz, en colaboración con el Ayuntamiento y la Federación de Piragüismo de Castilla y León. Este proyecto, con un presupuesto inicial de dos millones de euros, se desarrollará en varias fases a lo largo de 24 meses y posicionará a la localidad como un referente en deportes acuáticos .​

Frontón y otros deportes

San Esteban de Gormaz cuenta con instalaciones deportivas que permiten la práctica de deportes como el frontón, el ciclismo y el senderismo. Estas infraestructuras, junto con la organización de eventos y competiciones, fomentan la actividad física y el deporte entre los habitantes y visitantes del municipio.

Eventos relacionados con el vino

San Esteban de Gormaz es uno de los pueblos con mayor animación sociocultural de la provincia de Soria. Aun así, sigue apostando todavía más por las actividades culturales, muy atractivas para fomentar la afluencia de turistas y visitantes, con nuevas iniciativas. Una de las más recientes es” El vino salvará el mundo”, en diciembre, un encuentro que hace las delicias de los buenos amantes de los caldos caseros en una localidad de gran arraigo vitivinícola. No en vano, nos encontramos en la cabecera de la D.O. Ribera del Duero.   A ello se une la Feria del Vino DO Ribera del Duero que se celebra en mayo cada año.

 

Mercado Medieval:

San Esteban de Gormaz celebra su Mercado Medieval, desde hace más de 20 años, a finales de agosto.  Es uno de los más antiguos de la provincia de Soria y está consolidado a nivel provincial y regional. Cuenta alrededor de 100 puestos, actividades para los más pequeños, talleres y demostraciones en vivo, animación por las calles, luchas medievales, juglares, jorobados, etc, así como la exhibición de cetrería. Aprovechando las galerías porticadas de las iglesias, seña de identidad de San Esteban de Gormaz, se representan las reuniones del Concejo. Además, casi todos los habitantes de la localidad sacan sus trajes medievales y acompañan caracterizados la ambientación de esos días lo que supone una implicación directa de la población local en el desarrollo turístico y local del municipio. Durante estas jornadas, San Esteban de Gormaz retrocede más de 1000 años en el tiempo. El Mercado Medieval de esta Villa, se consolida como una de las actividades más populares y destacadas de la provincia. La gran ilusión de los comerciantes sanestebeños que participan en este evento, junto con la belleza del casco histórico, hacen que este mercado sea auténtico y diferente. Bufones, malabaristas, mendigos, aguadores, pitonisas, caballeros y juglares, entre otros, cobran vida para transitar, diez siglos después por las calles de la localidad. Música alegre y divertida sale al encuentro de los visitantes, con bailarinas de la danza del vientre, músicos, malabaristas, cristianos y musulmanes. Los niños tienen un gran protagonismo, dedicándose una plaza del pueblo a Rincón Infantil donde se desarrollaban multitud de actividades.
Espectáculos de fuego ponen el broche final a cada una de las noches medievales entre danzas de ánimas y música medieval. Además, justas medievales muestran el combate singular entre dos contendientes a caballo y con lanza en el entorno de los dos castillos de San Esteban de Gormaz.

Carnaval:

Es uno de los eventos más participativos de la localidad.  El gran tamaño de nuestra sardina hace de este símbolo de Carnaval en el más emblemático de la provincia, en unos días en que destaca el buen ambiente, la música, las risas y en los que raro es el que no se disfrace para unirse a la fiesta.

Belén Viviente:

Desde hace casi 30 años San Esteban de Gormaz celebra el 25 de diciembre la representación de su tradicional Belén Viviente. Los habitantes de la villa  se visten para la ocasión formando un elenco de casi 100 actores entre las distintas familias que conforman el pequeño pueblo de Belén. Panaderos, leñadores, molineros, carpinteros, posaderos, herreros, soldados romanos, castañeos, lavanderas, cantareras, pescadores y chocolateras y se unen a los pastores y a María y a José para celebrar la llegada del niño Jesús. Se trata de una teatralización nocturna que atrae a gran cantidad de público.

Corpus Christi:

San Esteban de Gormaz volverá inunda sus calles de color con las alfombras florales del Corpus Christi. Centenares de voluntarios se vuelcan en la preparación de las alfombras, uniéndose a los que llevan tiempo trabajando en los diseños y en el teñido de serrín, material utilizado para conformar el manto de policromía que inundará el casco histórico. En total son 14 alfombras florales que ocupan una extensión de 1300 metros cuadrados, extendiéndose desde el atrio de la Iglesia Parroquial de San Esteban Protomártir hacia la Calle Mayor, pasando por la Plaza Mayor, hasta la Iglesia de Santa María del Rivero. Será precisamente allí, a las 11:30 h donde tiene lugar la misa. Al finalizar ésta, se realizará la procesión con los niños y niñas que han tomado la comunión este año, atravesando el manto creado por las alfombras florales, hasta llegar a la Parroquia de San Esteban. Las alfombras están en torno a las 10:30 h de la mañana, momento a partir del cual los visitantes pueden contemplarlas y pasear por las cromáticas calles de San Esteban.

Día de las Peñas

El Día de las Peñas es una de las celebraciones más destacadas de San Esteban de Gormaz (Soria), que se lleva a cabo el último sábado de julio. Organizado por la Asociación de Peñas con la colaboración del Ayuntamiento, este evento congrega a más de 100 peñas locales en una jornada repleta de actividades festivas que marcan el preludio de las fiestas patronales de septiembre

Concentración de Charangas

El último fin de semana de octubre de los años pares, la charanga local Salmonete Band, organiza uno de sus eventos más esperados, concebido para unir a locales y visitantes en un ambiente festivo y de diversión. Unas 12 charangas amenizan la localidad durante todo el fin de semana. 

Aires de Dulzaina

Desde el año 2003, el último fin de semana de octubre, de los años impares, se celebra Aires de Dulzaina, certamen de música tradicional con la dulzaina como eje de la programación pero buscando siempre variedad tanto en los diferentes estilos musicales (folk, jazz, rock), en los instrumentos afines (Dulzaina Castellana, Gaita Navarra, Gralla) y en la procedencia internacional de los grupos. En este tipo de actos siempre hay un componente lúdico, pero la faceta cultural es seña de identidad.

Noche de música y velas

A finales de agosto, se celebra, dentro del programa de Jóvenes Músicos en Concierto de la Diputación la noche de música y velas.  Tiene cuatro localizaciones, iniciándose a las 21:30 horas en los exteriores de la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir, continuando en la Plaza Mayor, deleitándonos en la galería porticada de San Miguel Arcángel para finalizar en la escalinata de la iglesia de Santa María del Rivero. Serán los músicos de la Joven Orquesta Sinfónica de Soria (JOSS) los que pondrán música a la noche sanestebeña iluminada con 5000 velas.

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